Yo vivo en un país donde la mayoría se sobrepone a los "no hay" e inventa soluciones y sobrevive aún cuando las cosas se ponen difíciles. Y las personas de mi país no renuncian a sus ideas, ni a la alegría, ni a la solidaridad. No es el mejor país del mundo, pero es MI ISLA.

lunes, 23 de enero de 2012

¿Quién asesinó a Wilmar Villar Mendoza?


Estaba leyendo esta mañana los principales titulares que recoge Google en su sección de Noticias, cuando hallé que las Damas de Blanco -opositoras del Gobierno cubano, a sueldo-, aseguraban que Wilmar Villar Mendoza, un cubano de 32 años fue “asesinado” por el Gobierno de la isla.
No soy muy dada a dedicar mi tiempo a escribir sobre los grupos que en Cuba reciben dinero por salir de vez en vez con carteles en contra de los dirigentes de la polemizada Revolución y confieso que no me parecen dignos de atención quienes defienden ideas a las que han puesto precio, no me interesa la gente que no respeto, tengo que ser sincera. Pero esta vez haré una excepción porque me incomoda muchísimo la hipocresía, venga de donde venga.
Berta Soler, líder de las disidentes asalariadas, dijo este domingo a Reuters: “Estamos de luto porque hemos perdido a un joven que entregó su vida por la libertad del pueblo de Cuba”. Más adelante el reportero Jeff Franks vuelve a citarla:
“Él era un hombre digno, un hombre que realmente no debería haber muerto, pero (...) el Gobierno lo mató. Es un asesinato más que suma en la cuenta del Gobierno cubano”.
Olvidémonos ahora de que Wilmar no llegó a la cárcel por motivos políticos, sino por golpear brutalmente a su esposa y ofrecer resistencia durante el arresto. (De hecho oponerse al gobierno no es un delito tipificado por la ley cubana. Lo que se penaliza son las acciones que ponen en riesgo al Estado, pero nadie va preso solo por salir a gritar que quiere para Cuba el derruido paradigma de “Libertad y democracia” que ya falló en el mundo capitalista. En fin, esa es otra historia, sigo con Wilmar.)
Olvidémonos, les decía, de que este hombre -sancionado a 4 años de privación de libertad- no integraba ninguna organización de estas que no respeto por su oficio de prostituir ideas, en fin, que no era preso político. Pero quería que le revisaran la causa (y como ahora está de moda hacer huelga de hambre porque eso suscita campañas mediáticas feroces contra el Gobierno y algunos creen que atemorizarán a las autoridades y las obligarán a plegarse a cualquier exigencia)  el joven decidió dejar de comer y alentado por su esposa -a su vez adiestrada por las Damas de apoyo, las segundonas de las de Blanco en algunas provincias- continuó el ayuno y contrajo una sepsi respiratoria que le costó la vida.
¿Qué hizo el Gobierno?
Wilmar fue llevado al hospital provincial Saturnino Lora de Santiago de Cuba, pues en la penitenciaría de Aguadores se negaba a tomar los medicamentos. Allí recibió atención médica especializada, pero como su estado era grave fue trasladado al Servicio de Cuidados Intensivos del  santiaguero Hospital Clínico Quirúrgico Juan Bruno Zayas, uno de los mejores de este territorio.
En el blog Faro de Macubá, de Rafael Carela, un reportero del semanario local Sierra Maestra, se cita al Dr. Rolando Riera Santiesteban, Especialista de II Grado de Cuidados Intensivos y jefe de esa unidad asistencial:
“Este paciente llega aquí en un mal estado de salud en general, con antecedentes de ser fumador y un bebedor habitual, con muy bajo nivel de nutrición, (…) con bajo peso y baja talla, y es atendido por (…) médicos especialistas en la materia de cuidados intensivos, (…) como hacemos con todos los pacientes que ingresan al centro.
“El paciente transita por seis días de evolución en nuestra unidad    -agrega-, siempre en estado grave, con una sepsis respiratoria muy grave, que lo lleva a un shock, y de ahí se deriva en un daño multiorgánico generalizado y su posterior fallecimiento.”
El Gobierno de Cuba no violó los procedimientos judiciales. En libertad durante el juicio, este “hombre digno” aceptó los probados cargos de Atentado, Desacato y Resistencia a las autoridades del orden público.
Pero seamos razonables: El Gobierno lo envía al mejor hospital de Santiago de Cuba, lo pone al cuidado de especialistas experimentados e intenta persuadirlo de que abandonara la conducta autodestructiva desde el momento mismo en que decidió ayunar y rechazar los medicamentos. Las agrupaciones contrarrevolucionarias lo apoyan, lo incitan a mantenerse firme, a continuar la huelga y encima pagaban 80 dólares a la esposa para que lo alentara porque así, según le prometían, sería liberado…
Entonces… ¿Quién lo asesinó?
A Cuba no le convenía otro “mártir” construido por los medios de comunicación internacionales, pero a los grupúsculos contrarrevolucionarios sí. Cuba financió y priorizó el tratamiento médico de este hombre, como haría con el resto de sus ciudadanos y como lo hace con habitantes de decenas de países en este planeta.
En algo estamos de acuerdo la líder de las Damas de Blanco y yo: Wilmar no debería haber muerto. Pero culpar al Gobierno de Cuba a estas alturas ya es demasiado para quienes apoyan el suicidio a largo plazo, digo, el ayuno en los reclusos cubanos con cualquier pretexto, la razón no interesa, igual dirán que fue en nombre de la “libertad”, bla, bla, bla…
Una cosa es oponerse a un Gobierno y otra muy distinta es creer que todos somos imbéciles.

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