“…cuando la mujer se
estremece y ayuda, cuando la mujer tímida y quieta de su natural, anima y aplaude,
cuando la mujer culta y virtuosa unge la obra con la miel de su cariño, la obra
es invencible.”
José Martí
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Madres y esposas de los Cinco junto a Fidel Castro |
Con las desgarraduras que ocasiona la injusticia, van estas
mujeres por la vida, no sin alegrías, no sin victorias cotidianas, pero con la
pesada carga del tiempo y los sueños que les arrebataron.
Usted las ha visto muchas veces, andan por el mundo contando
la historia de hombres que infiltraron organizaciones anticubanas para impedir
que el odio contra la
Revolución cobrara más vidas.
Las madres, hermanas, esposas e hijas de los Cinco no
ostentan títulos honoríficos, pero durante 14 años han mostrado tanta firmeza y
dignidad como ellos.
A Magali Llort, Irma
Sehweret, Carmen Nordelo (1933-2009), Mirtha Rodríguez, María Eugenia Guerrero,
Laydes Labañino, Rosa Aurora Freijanes, Olga Salanueva, Adriana Pérez, Elizabeth
Palmeiro, Ivette González y Aylín, Laura y Lisbet Labañino, les ha tocado
encabezar la lucha por la excarcelación de Fernando, René, Gerardo, Antonio y
Ramón.
Ellas son el escudo protector, la barrera que los salva de
mayores tristezas, las inspiradoras del valor y la resistencia tras las rejas o
en la condena adicional que es la “libertad supervisada”.
Impactan por la voluntad con que asumen las acciones por el
regreso de los Héroes.
Dispuesta al sacrificio de quedarse sin hijos, Adriana
persiste en denunciar las atroces condenas. A pesar de la urgencia ante los
años que las hacen vulnerables, Mirtha, Irma y Magali continúan al frente de
una lucha que nadie sabe cuánto puede durar. Durante 14 años, Elizabeth y Olga se han despojado del derecho al dolor para no
enturbiar más la alegría de unas niñas que crecieron privadas de la presencia
paterna.
Por eso estremece verlas llorar cuando las vence la emoción.
No son frágiles, cada lágrima simboliza un amor dulce y bravo, y el orgullo por
la dignidad con que los Cinco afrontan
la injusticia.
No serían verdad el coraje ni el heroísmo de los Héroes sin la constancia de
estas mujeres. Nadie sabe con qué artificios se forja a hembras así, pero
existen, imperturbables en su causa sin importar cuan fuertes sean las
tormentas.
Por eso en el homenaje y agradecimiento perennes a los
cubanos encarcelados en Estados Unidos desde 1998, va la admiración por estas féminas, cuyo valor no es menos que el de la
legendaria Mariana Grajales o la desafiante Amalia Simoni.
Cuba atesora la impronta de mambisas y rebeldes que no
planearon ser heroínas, pero dieron muestras de un carácter extraordinario. Las
madres, hermanas, esposas e hijas de los Cinco prueban que en este país siguen
naciendo mujeres hechas para la epopeya, el decoro y la grandeza.
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