Yo vivo en un país donde la mayoría se sobrepone a los "no hay" e inventa soluciones y sobrevive aún cuando las cosas se ponen difíciles. Y las personas de mi país no renuncian a sus ideas, ni a la alegría, ni a la solidaridad. No es el mejor país del mundo, pero es MI ISLA.

martes, 3 de abril de 2012

¿Por los derechos humanos?


Los asalariados disisdentes cubanos
Bueno, “disidente” se ha vuelto la palabra clave en todo lo que se publique sobre  Cuba en la mayoría de los medios de comunicación del exterior. Da la impresión de que no tiene valor el mensaje que contenga los vocablos disidentes, opositores, activistas de derechos humanos; y cuando se acaban los sinónimos, pues a generalizar que esto se lo traga cualquiera: “pueblo cubano que lucha por la libertad”, que la generalización, aunque implica el riesgo de mentir, es comercial.
Veamos. Eruditos de la política cubana, autores de “muy hondos” análisis sobre la realidad de la isla, afirman que  los disidentes de aquí son los que se oponen al Gobierno,  ellos lo llaman régimen. Y entienden que los opositores son activistas de derechos humanos y pro.democracia, ya que en la isla, según los duchos en la materia, los DDHH son violados continuamente por el régimen.
El gobierno de Estados Unidos, como buen benefactor de las causas justas en el planeta, financia las acciones de estos activistas. Y hay que ver que el historial de este padrino evidencia su voluntad de saquear recursos naturales, digo, de defender la vida en los países oprimidos. Que siempre es mejor un pueblo ensangrentado, que con autonomía sobre sus reservas petroleras, ¿no?
Ya sabemos de la labor emancipadora que encabezó Washington en Afganistán, con sus benignos bombardeos a barrios, hospitales y otros objetivos no militares y sus más de 33 mil muertos, la mayoría civiles. O lo que ocurrió en Iraq, donde los libertadores misiles de la OTAN han provocado más de 44 mil civiles muertos… quise decir “daños colaterales”.
Así es como se paga la disidencia en Cuba. He aquí las razones de Beatriz.
La bondad de estos activistas es abrumadora: Martha Beatriz Roque dijo a George W. Bush en 2006: “…quisiera felicitarlo por su labor contra el terrorismo internacional durante todos estos años y expresarle que aunque algunos, en estos momentos no estén de acuerdo, la historia lo llevará al podio de los premiados por su incansable esfuerzo”. O sea que este irá al “podio de los premiados” por autorizar masacres de inocentes y torturas en Guantánamo y Abu Ghraib. Por no aplicar a los prisioneros de guerra el trato humano previsto en la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes, aprobada por la Asamblea de Naciones Unidas en 1984.
Y tienen sobradas razones para oponerse al régimen cubano, sí porque quien aprueba la ingente labor de Bush en la matanza de afganos e iraquíes, no puede admitir que exista un gobierno culpable de que los oprimidos cubanos tengan hoy una esperanza de vida  de 78 años.
Es lógico, la democracia que ellos buscan no es compatible con un pueblo ejerza el derecho a la autodeterminación, que garantice a sus ciudadanos  salud, educación, empleo… Por eso aprueban nuestros queridos activistas cualquier iniciativa, previamente pagada, que sirva para difundir la idea de que todo el pueblo de Cuba agradece la preocupación del padrino y sus benéficas restricciones del bloqueo contra la isla, ese que impide el tratamiento óptimo a niños con cáncer, por ejemplo.
Quieren que EE.UU salve a los cubanos, como a los iraquíes
Pues estos son los opositores, preconizan las ambiciones proimperialistas  sostenidas durante décadas, esas que son comúnmente aceptadas en los grandes medios de comunicación.
Estos aplauden y siguen como ovejas la conducta homicida y hegemónica que va a salvar a los oprimidos cubanos –como salvó a los iraquíes-, aprobada y secundada por la mayoría de las naciones desarrolladas.
Pues, activistas por los derechos humanos no son, más bien son mercenarios… bueno, no me culpen a mí, el diccionario de la Real Academia Española dice que  el mercenario es aquel “que desempeña por otro un empleo o servicio por el salario que le da” y también aclara “que percibe un salario por su trabajo o una paga por sus servicio”. En ese caso también podría llamárseles empleados (de la SINA). Pero es más incómodo y vende poco el llamarlos por este nombre.

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